El día 13 de octubre del corriente, en un ambiente agradable y de cordialidad , se llevó a cabo en el Salón Auditorio de Diario Norte la mesa redonda, cuyo eje temático fue la Carta a la Iglesia de Laodicea del Apocalipsis de San Juan (Ap. 3,14-22)
Este encuentro, fue organizado por el Grupo Factor Humano y Fe, contando con la colaboración de Librerías Paulinas en el marco de los 100 años de su creación, junto a la presencia y generosa participación del Arzobispo de Resistencia, Monseñor Doctor Ramón A. Dus, quien ha brindado la perspectiva bíblica sobre el tema.
El grupo de reflexión Factor Humano y Fe, surge hace algunos años como respuesta a la invitación realizada por el Doctor en Sicología Armando Javier Fermani, teniendo como marco convocante la lectura y reflexión del manual «Apocalipsis y sentido de la vida. La Profecía continua» de su autoría. Manual de estudio, introducción y profundización del Apocalipsis destinado a laicos, seminaristas y sacerdotes para la reflexión individual y grupal.
El eje temático de la mesa redonda, ha sido propuesto por este grupo en el marco de un único y mancomunado espíritu: “las múltiples identificaciones que los integrantes percibieron respecto a los habitantes de la Ciudad de Laodicea”. En cuanto a la elección del estilo comunicacional, les pareció esencial “el testimonio”, fundamentado en la posibilidad de compartir en primera persona las experiencias –no teorías- que cada integrante ha ido vivenciando en el transcurso de la lectura.
La dinámica del encuentro se dio lugar en el siguiente orden, el Arzobispo hace inicio de la mesa redonda compartiendo la perspectiva Bíblica de una de las siete Iglesias del Apocalipsis de San Juan, la Iglesia de Laodicea, luego los testimonios presentados por el grupo Factor Humano y Fe sobre “obstáculos, silencios y oscuridades de mi fe” y para culminar la Hermana Julieta de Librerías Paulinas dirigió las palabras del cierre, agradeciendo la afectuosa presencia y participación del Obispo como así también los testimonios compartidos.
El encuentro, sucedido en un clima de “común unión”, facilitó la apertura y la dicha de poder compartir los más variados testimonios. Los relatos se fueron encaminando espontáneamente, como si Dios fuera Su Director de orquesta. La melodía trascurrió entre voces temblorosas, lágrimas, testimonios cargados de emoción que contaban las fuertes contradicciones y tajantes interpelaciones que la vida les acerca, abriendo la puerta a un espacio de reflexión.
Cada uno de ellos con su especial sensibilidad logró transmitir a su manera las diferentes experiencias recogidas a lo largo de este peregrinar, unidos por un común denominador, todos los relatos presentan en su historia “un antes y un después” respecto a la lectura del libro «Apocalipsis y sentido de la vida. La Profecía continua».
[toggle title=»Testimonios«]Por Lic. Graciela Analí Rey
Como ya dijimos el eje temático se desarrolló a partir de la Carta a la Iglesia de Laodicea del Apocalipsis de San Juan (Ap. 3,14-22).La perspectiva Bíblica a cargo de Monseñor Dus , y los testimonios sobre los “obstáculos, silencios y oscuridades de mi fe” a cargo del grupo Factor humano y Fe que en apretada síntesis se trascriben a continuación:
Los testimonios se abrieron paso con interrogantes como ¿Jesucristo es realmente el Hijo de Dios?, ¿Es Cristo la fuente de vida? Lo que yo soy hoy, ¿es por toda la energía que pongo y me autoabastezco o hay una fuente de vida que es la que me da esa energía para vivir?
Otro de los obstáculos ha sido transmitido a partir del interrogante -¿Quién es Dios?, ¿Es el que Es o es el creado por mi mente? ¿Es el Dios de misericordia que nos llama amorosamente o es un Dios- a la medida de mi internalización- implacable, sin perdón y que castiga? ¿Soy importante para Jesús?
De la mano de la “autosuficiencia” aparecen preguntas como – ¿Quién me va a salvar? ¿Mi autosuficiencia o el Dios de Amor y Misericordia? sí creo que nada necesito ¿Qué puerta, qué llamado podría escuchar?
A partir de la mentalidad de “dar para recibir” dudas como ¿Con Dios se puede hacer truque? O sea, si soy buena y cumplo determinadas normas ¿Dios me va a dar lo que pido?, ¿Jesús es solo para los católicos o también para Judíos?
Acerca de la hora de la muerte, aparecen cuestionamientos como – ¿Qué pasa en ese instante en que la muerte me sorprenda? ¿Cómo continua la vida eterna? ¿Puedo seguir optando después de mi muerte física? Si toda mi preocupación en la vida terrena fueron mis planes ¿cómo voy a reconocerlo a Dios en ese momento final?
Ante una situación dilemática, entre la propuesta de la mente y lo que nos sucede aquí afuera, surge el cuestionamiento de ¿Qué elección hacemos?
A partir del Padre Nuestro –“que se haga tu voluntad-”, surgen interrogantes tales como ¿Por qué la tuya y no la mía? ¿Qué hago con mi voluntad? ¿Qué hago con mis quereres?, ¿Qué hago con mis planes? Siguiendo el sentido de esta conflictiva experiencia, continúa el principal interrogante: ¿estoy viviendo mi vida o estoy en el sentido de la vida? como así también ¿Tengo creencia o fe?, ¿Tengo parte con Dios o soy un falso testigo?
En el proceso de lectura y reflexión, el grupo “Factor humano y Fe” fue encontrando algunas respuestas a estas inquietudes que aparecen espontanea y constantemente a lo largo de este peregrinar. Las discusiones, producto de la diversidad y el espíritu de grupo, ponen en jaque los paradigmas mentales haciendo aflorar “silencios, obstáculos y oscuridades” que puestos a la luz de la mirada sicológica con la que se ha escrito el libro «Apocalipsis y sentido de la vida. La Profecía continua”, dinamiza la experiencia y ofrece una nueva perspectiva, la del “Dios Amor”. Esta dimensión –conocida para algunos y novedosa para otros- nos llama e interpela, brindándonos la opción/ elección de “revisar nuestras limitaciones, asumir la condición humana y por fin entregarnos a la eternidad del Amor.
En este sentido, aparecen algunas respuestas de la mano de nuevas interpelaciones y reflexiones como por ejemplo:
La lectura del libro invita a revisar y cuestionar algunos preconceptos como “empecé a desconfiar de esa seudo-seguridad que yo creo tener”, juntamente con el nuevo y vital interrogante de ¿me vuelvo a Egipto o voy hacia la tierra prometida?
De la mano del autor, comencé a permitir que Dios venga a mi corazón, que es un huerto con muchas flores marchitas, donde El haga florecer las flores que tenga que hacer florecer. Y Testimonia: Cada florcita nueva es una bocanada de aire nuevo, puro, fresco…
Relatos como “Jamás imaginé encontrarme con un Jesús amoroso y de perdón”, el texto – de Laodicea– nos hace sentir una fuerte contradicción entre lo que fuimos creando -planes, intereses, metas- y lo que nos propone Jesús afuera nuestro: un camino nuevo de amor y misericordia.
El Apocalipsis dice: “por tu autosuficiencia eres digna de lastima…no te das cuenta que eres una desgraciada digna de compasión, pobre, ciega y desnuda, a lo cual contesta: Claro que no me daba cuenta!…estaba absolutamente depositada en mi. La reflexión que comparte es: El siempre llama –refiriéndose al párrafo: “Mira que estoy a la puerta y llamo”- pero sí creo que nada necesito ¿Qué puerta voy escuchar?
De la reflexión de la lectura surge…Me fui dando cuenta que Dios no pide, sino que Dios da. Esta Iglesia-Laodicea- justamente me viene a plantear esto ¿te vas a despertar o no?
En compañía del Autor, que me muestra ese camino hacia lo real y me recuerda que sin ese otro, no voy a saber realmente quien soy y no voy a encontrar mi misión en este peregrinar en la vida.
En el libro, el autor expresa claramente como es el camino de esa salvación: nos encontramos con una opción en la vida, una opción cotidiana y constante y esa opción, es entre una propuesta que viene de mi mente y lo que sucede acá afuera que se llamaría lo real.
Comparte que…“No Alcanza para el plan de Dios la opción de ser un buen tipo, por más que cumpla con todo, si vivo de creencias y no tengo fe…soy un falso testigo”.
El día que me muera, hay dos posibilidades: “está la vida eterna”, la vida eterna salvados por Jesús o la vida eterna en el infierno, aclarando que lo que entendieron a través del libro, es aquella persona que va a vivir con sus pensamientos aislada de Dios.
De la escucha se deja traslucir que «Apocalipsis y sentido de la vida. La Profecía continua» marca un antes y un después en la vida de Karin, Analí, Mónica, Osvaldo, Cesar, Mónica, Adrián y Sylvina, testimonios como “la parte que no me hubiera gustado escuchar y la escuche…”, “empezar a desconfiar de esa seudo-seguridad” o “hoy me entero a través del libro que es todo lo contrario a lo que creía”, manifiestan el punto de quiebre que la lectura les acercó y que todo Cristiano está obligado a realizar en el camino de este despertar…en este sentido Marcos dice “Estén preparados y vigilando” (Mc 13, 33).
Así, las diferentes experiencias testimoniadas reflejan cómo Dios obra en cada uno -con tiempos mistéricos- dando sentido a nuestras vidas, recordándonos que la misión única en la tierra es «retornar a Él» a través de “la renuncia”. Sumergidos en esta melodía finalizo recordando uno de los testimonios compartidos “Que El haga florecer las flores que tenga que hacer florecer”.
[/toggle]Video del evento
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Fotos del evento
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